Raíces Terapéuticas: cuando sembrar salud da frutos reales
Durante el último año, en Huerteco hemos seguido cultivando salud, vínculos y bienestar gracias al impulso del Ayuntamiento de Burgos y su apoyo a iniciativas que apuestan por una salud más humana, cercana y transformadora.
Entre octubre de 2024 y octubre de 2025, el proyecto Raíces Terapéuticas ha florecido en nuestras huertas con sesiones adaptadas. En ellas han participado personas con daño cerebral adquirido, discapacidad física y movilidad reducida. Cada encuentro ha sido una oportunidad para reconectar con el cuerpo, la tierra y la comunidad.
¿Quiénes han formado parte?
Este proyecto ha contado con la colaboración activa de la asociación ADACEBUR. Su grupo comenzó a trabajar en los huertos de ocio de Fuente Bermeja en febrero de 2023 y sigue en activo. Años antes, desde 2017, ya realizaban actividades de horticultura en Santibáñez Zarzaguda, gracias al transporte facilitado por Cruz Roja. Las personas participantes presentan distintos niveles de movilidad —algunas utilizan bastón, andador o silla de ruedas— y han asistido de forma quincenal, acompañadas por el equipo técnico y terapeutas hortícolas, que están presentes en cada sesión para ofrecer apoyo, adaptar materiales y crear un espacio donde cada persona se sienta cómoda y respetada.
En ocasiones, hemos tenido que adaptar el espacio por cuestiones meteorológicas, pero siempre manteniendo el compromiso con el cuidado y la continuidad. Cada sesión se ha diseñado para ofrecer opciones diversas, permitiendo que cada persona elija la actividad que mejor se ajusta a sus capacidades, intereses y estado emocional. Esta flexibilidad ha sido clave para fomentar la autonomía, la seguridad y el disfrute.
¿Qué hemos hecho?
A lo largo del proyecto, hemos llevado a cabo una gran variedad de actividades que combinan horticultura, creatividad, salud emocional y conexión con la naturaleza:
- Elaboración de cremas y velas con cera natural y esencias, explorando la aromaterapia como herramienta de bienestar.
- Preparación de semilleros y planificación de cultivos, fomentando el cuidado desde la semilla.
- Actividades sensoriales como kokedamas, catas de aromas y texturas, e identificación de plantas.
- Trasplante de esquejes, cultivo de plantas de interior y observación de panales en sesiones de apicultura.
- Creación de microsistemas en tarros, compostaje y reflexión sobre sostenibilidad.
- Limpieza y preparación de bancales, plantación de flores, hortalizas y aromáticas, y creación de semilleros medicinales.
- Preparación y participación en la “plantación de honor”, donde además de sembrar en el evento, diseñaron y colocaron los carteles personalizados de cada bancal, aportando identidad y sentido al espacio compartido.
- Jornadas de plantación y documentación visual, reforzando el vínculo con el entorno.
- Formación en primeros auxilios y sesiones formativas con profesionales.
- Recolección de cosechas, colocación de tutores y elaboración de remedios naturales
- Creación de bombas de semillas, riego y mantenimiento del huerto.
- Elaboración de pesto con ingredientes recolectados, conectando cultivo, cocina y salud.
- Cuidado de suculentas en maceteros e invernadero, con seguimiento fotográfico.
- Charlas sobre Gallina Castellana Negra, vínculos con los animales del espacio y experiencias de AMPAdrinamiento.
- Cierre festivo con una paella comunitaria, celebrando los logros y el camino compartido.
Cada actividad ha sido pensada para trabajar los cinco pilares de la horticultura terapéutica: físico, cognitivo, emocional, social y psicológico. Desde levantar peso y podar arbustos, hasta elegir qué semilla plantar o preparar pesto con lo cosechado, todo ha servido para fortalecer la autonomía, la autoestima y el sentido de pertenencia.
¿Qué hemos logrado?
- Participación activa de asociaciones como ADACEBUR.
- Mejora visible en la movilidad, el ánimo y la interacción social de las personas participantes.
- Espacios seguros donde cada persona elige, crea y se expresa a su ritmo.
- Un huerto que no solo da frutos, sino también esperanza, orgullo y comunidad.
Las actividades han sido diseñadas para adaptarse a todos los niveles, teniendo en cuenta las necesidades físicas, cognitivas y emocionales de cada persona. Se han trabajado aspectos como la motricidad, el equilibrio, la atención, la memoria, la creatividad, la reminiscencia, la autoestima y el sentido de comunidad. El contacto con la tierra, el ritmo de las estaciones y el cuidado de las plantas han generado calma, motivación y bienestar.
Gracias por hacerlo posible
Este proyecto no habría sido posible sin el compromiso de las personas participantes, el equipo técnico, la asociación ADACEBUR y el apoyo institucional del Ayuntamiento de Burgos. Gracias por creer que la salud también se cultiva con tierra, tiempo y ternura.
Seguimos sembrando. Porque al cuidar la tierra, también cultivamos el bienestar de quienes la compartimos.
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