Ánade real
¡Encantado de conocerte!
Soy un Ánade real ó Anas platyrhynchos, el pato más común tanto en Burgos como en gran parte del mundo.
Paso buenos ratos nadando en cualquier lugar donde hay agua: lagos, estanques de parques, ríos, grandes charcos de praderas inundadas. No importa si son zonas naturales o artificiales pues soy adaptable y se convivir con la presencia humana, de hecho, a menudo vivo en parques de ciudades.
Para el periodo de cría necesito un poco de intimidad e intento estar escondido por seguridad de mis futuras crías, así que os hago una petición a los humanos, y es que respetéis los arbustos y la maleza salvaje de ribera para que podamos escondernos a poner los huevos.
En cuanto al alimento como de todo (soy omnívoro): hierbas, cereales de los campos, frutillas, plantas acuáticas… y también animales pequeños como moluscos, larvas de insectos, renacuajos y ranas, peces, caracoles. Como ves encuentro comida tanto en la tierra como en el agua.
Cuando me ves con “el culo en pompa” es porque estoy buscando comida. Con la cabeza bajo el agua, muerdo lo que me vaya a comer y el agua que me entra en la boca lo expulso a través de las crestas córneas del pico. ¡Lo tengo controlado!
En mi especie se lleva el dimorfismo sexual, que simplemente quiere decir que las hembras y los machos somos físicamente distintos. Es sencillo, las hembras tienen sus plumas en colores marrones y manchas moteadas (perfecto para el camuflaje) y los machos cabeza verde oscuro muy brillante, con un collar blanco en el cuello y el pecho de varios colores con destellos púrpura (perfecto para el cortejo). Los machos solo vamos así de coloridos parte del año y en verano cambiamos de traje, mudamos todas nuestras plumas de repente y se vuelven más marrones. Aun así, las diferencias entre ambos sexos siguen siendo notables en el pico, el de los machos sigue siendo amarillo mientras que en las hembras es naranja o gris oscuro.
En este proceso de cambio total de plumas, durante los 30 o 40 días que tardan en salir las nuevas plumas no podemos volar y por lo tanto somos más vulnerables de lo normal. Menos mal que por lo menos sabemos andar mejor que otras aves, aunque digáis que andamos “como un pato” …
Cuando las hembras estamos incubando, sentadas sobre nuestros huevos, escondidas entre la maleza, también son presa fácil para los depredadores (zorros, rapaces, mustélidos, ratas, nutrias y humanos). Podrás imaginar que les viene mucho mejor unas plumas en marrón color tierra, un atuendo “sencillito” que otro look más atrevido.
Todos los polluelos nacen al mismo tiempo y necesitan unas 12 horas para recuperarse del inmenso esfuerzo que comporta la eclosión.
Como habrás oído decir, los patitos, desde las primeras horas de su vida corren detrás de quien ven primero, que normalmente es su madre, para ser protegidos y educados por ella.
Nacen muy bien desarrollados y pueden nadar y andar desde el principio, pero tardan dos meses en aprender a volar. Cuando llega ese momento me aseguro que ya están listos para ser autónomos y se independizan en dos semanas.