Zorro
¡Veo que se te da muy bien rastrear!
Me presento, soy el zorro común, también llamado zorro rojo (Vulpes vulpes) o raposo, así me llaman los paisanos de los pueblos que tantas veces me han buscado cuando yo buscaba a sus gallinas. A día de hoy creo que ya me tienen cariño, por lo menos en los pueblos burgaleses de Cuevas de San Clemente, Manciles, Pedrosa del Príncipe o en Santa Cecilia, donde como gentilicio se llaman a sí mismos “raposos”.
La cultura popular nos ha tildado de curiosos e inteligentes, ya sabes, “eres más listo que un zorro”.
La verdad que, por listos o inteligentes, el caso es que nos sabemos buscar muy bien la vida, la cual por otra parte no es muy larga comparada con la de nuestros primos domesticados, los perros. También somos silenciosos y cautelosos, y como tantos animales periurbanos que no son tontos, evitamos en general los peligros de carreteras y cazadores y nos movemos principalmente al atardecer y de noche.
Cuando nos ponemos en marcha podemos recorrer hasta 40 km al día. Somos territoriales y vamos por ahí marcando el terreno que queremos que sea nuestro con el olor que desprendemos con unas glándulas que tenemos en el ano, las patas y en la cola. También con orina, y heces que te podrás encontrar. Orgulloso estoy de mi elegante cola de unos 35 cm. de larga, creo que combinan exquisito con el hocico alargado y las orejas puntiagudas.
La mayor parte del año vivo en solitario, pero no todos los zorros hacemos lo mismo. La época de celo nos suele tocar a principios de invierno y hay que aprovecharla bien, que es la única que tenemos al año. Por esa época convivimos hembra y macho para que la manada salga adelante: buscamos una guarida o una madriguera abandonada donde pasar la preñez y la crianza tranquilos marcamos como te he dicho el territorio familiar. Durante la gestación los padres acercamos comida a las zorras, cosa destacable que no hacen todos los animales.
Somos omnívoros. Te sorprenderá saber que no mastico lo que como, me lo trago. Y si consigo suficiente comida la entierro y la escondo para cuando me haga falta. Si paso hambre me acerco con cuidado por la noche a a los lugares donde habiten personas, para ver si algo puedo rapiñar…